Sofá Camaleonda, el icono modular
Diseñado por Mario Bellini en los años setenta, el sofá Camaleonda ha resistido las modas para asentarse como un básico indispensable. Con un diseño modular, su versatilidad le ha convertido en un mueble eterno.
Sofá Camaleonda, el icono modular
Cambios y revolución: nace el Camaleonda
Los años setenta fueron años dorados para el diseño de interiores. Mientras las calles, especialmente en Estados Unidos y Francia, se llenaban de manifestantes contra la guerra de vietnam y la crisis económica llamaba a la puerta de medio mundo, la creatividad volvió a dar solución
Las casas se llenaron del estilo boho hippy, con colores vibrantes, papel pintado geométrico, estampados arriesgados, muebles curvos, televisores y vinilos… Algo estaba cambiando. Una nueva forma de vivir se abría paso.
En este contexto, diseñadores como Mario Bellini supieron tomar el pulso a la sociedad y generar soluciones en forma de muebles como el archiconocido sofá Togo. Junto a este último, surge el sofá Camaleonda, una pieza modular y versátil que lleva entre nosotros más de 40 años.
El sofá Camaleonda: un poco de historia
El diseñador milanés Mario Bellini conectó de inmediato con la rebeldía de los 70. Aparecieron nuevos materiales como la espuma, – el mejor ejemplo es el sofá Togo – el guatan o madera ratán, y la curva protagonizaba las colecciones de muebles.
El resultado fue el sofá Camaleonda, bautizado así por el propio Bellini, amante de los juegos de palabras. “Camaleonda” es un neologismo inventado que combina dos conceptos, el de “camaleón” y el de “onda”, versatilidad y tendencia.
En palabras del propio Bellini “Ambas palabras describen la forma y función de este sistema para sentarse”. Y en efecto, este sofá desprende despreocupación, informalidad e incluso, cierto aspecto lúdico que invaden otras de sus piezas.
¿Por qué está de moda el sofá Camaleonda?
Aunque las tendencias en decoración e interiorismo nos llevan a volver a los 70, lo cierto es que el éxito del Camaleonda tiene que ver con “la potencialidad del sofá”. Tal y como ha comentado en múltiples ocasiones Bellini, el secreto para que haya triunfado a lo largo de cuatro décadas tiene que ver con el concepto mismo del sofá.
No tiene una forma exigente, es cambiante, no requiere de ensamblajes – funciona a través de un sistema de engranajes para unir los módulos – se pueden añadir o quitar módulos… En definitiva, es un sofá con tantas posibilidades como necesidades se presenten.
De hecho, Bellini acude al término “ritual doméstico” para hablar de todas las relaciones que se cruzan en un sofá: tipos de familias, amores, amistades, visitas, vecinos… todos ellos encuentran en el sofá Camaleonda un lugar cómodo en el que estar.
Mario Bellini, un arquitecto que diseña
Posiblemente la carrera de Mario Bellini haya quedado eclipsada por el sofá Camaleonda pero es imposible hablar de este milanés que trabajó en Olivetti, sin nombrar otros éxitos igual de importantes, como la silla Cab (1977), las preciosas butacas Bambole –con polémica incluida tras las fotografías de Donna Jordan– o la mesa Bolt.
Además, el museo del Louvre le encargó el diseño de la sala de artes islámicas de París y muchos edificios de Japón llevan su firma. Se atrevió con el kar-a-sutra, un vehículo pensado para reflexionar, no para ser vendido, sobre la manera en la que viajamos en coche.