Hygge: la esencia de habitar mejor (I)

En un mundo sobre estimulado y ruidoso, la casa se ha convertido en un espacio-refugio donde compensar el caos exterior. El verbo habitar cobra otra dimensión y el diseño tiene mucho que aportar pero ¿cómo habitar mejor? Una posible respuesta es el hygge, el estilo danés que transforma el día a día.
Si hay un país donde el diseño lo impregna todo, ese es Dinamarca. Desde hace dos siglos, los daneses son referencia en el diseño industrial y decorativo. No hay más que echar un vistazo por cualquier calle de Copenhague, sus museos, bibliotecas o restaurantes. El país nórdico está barnizado con una mezcla perfecta entre la estética minimal y lo funcional. Nombres como Arne Jacobsens, Poul Henningsen o Hans J. Wegner han marcado el ritmo del diseño industrial moderno a través de sillas, lámparas, mesas, estanterías… objetos todos ellos que condicionan la manera en la que vivimos. Sin duda, el confinamiento ha expuesto crudamente cómo habitamos los espacios y la necesidad de mejorar nuestra relación con ellos. Para responder, los daneses acuden a un concepto clave: el hygge o la esencia de habitar mejor. 

Hygge: la esencia de habitar mejor (I)

Hygge: la esencia de habitar mejor (I)

¿Qué es el significado hygge?

El hygge hay que verlo, hay que sentirlo. Es un adjetivo y un estilo de vida. Hygge es la luz dorada del atardecer incidiendo sobre el jarrón de cristal con flores frescas. Es la sensación al pisar una alfombra una tarde de frío invernal. Hygge es la proporción correcta, el calor adecuado para la pared y la suavidad del sofá de casa. Es alivio y sosiego. Es la búsqueda del bienestar a través del diseño.

“Es la sensación de confort y placer – el disfrute del aquí y ahora – influyendo en el estado de ánimo y las emociones que se reflejan en el espacio físico” – Jeppe Linnet, antropólogo.

Para explicarlo, los antropólogos y diseñadores han tenido que remontarse a los orígenes de la civilización, cuando aún habitamos cuevas buscando cobijo, seguridad y resguardo frente a las inclemencias climáticas y posibles ataques. La seguridad, es de hecho, la base del llamado “sistema de creencias de Maslow”, un psicólogo que en los años 40´ determinó a través de una pirámide qué necesidades y en qué orden, tiene todo ser humano. 

La necesidad de seguridad está íntimamente relacionada con el espacio en el que vivimos y aunque hayan pasado miles de años, sigue estando muy dentro del ser humano. Por eso no es casual dónde se colocan los muebles, dónde se sienta cada uno respecto de la puerta más cercana o cómo las ventanas condicionan lo reconfortados que nos sentimos. Crear un hogar, es toda una experiencia. 

¿Cómo se crea una decoración hygge?

A diferencia de los países del sur de Europa, en los escandinavos la casa es el centro de la vida social. El clima y el carácter más introspectivo del norte, ha generado la búsqueda del hjemmehygge, es decir, el hogar hygge. Sin embargo, no hay existe una fórmula concreta para crear hygge pero sí pone sobre la mesa una pregunta clave: ¿cómo quieres sentirte al llegar a casa? 

El hygge funciona cuando se respetan los materiales naturales como la madera, cuando se observa la entrada de luz, cuando se atiende a las texturas y se busca la comodidad y el confort. En realidad, no implica grandes gastos sino en un pequeñas cosas como encender una vela durante la cena, unas flores frescas, un mantel de lino, un cojín mullido, una taza de cerámica para el café, tener libros cerca… Es un maravilloso equilibrio entre el diseño estético y el diseño funcional.

 

“Entrar en un espacio y querer quedarte en él. 

El hygge consiste en aprender cómo separar lo que tenemos de lo que sentimos” – Meik Wiking, diseñador.

 

El hygge no se fuerza, ni siquiera se planea demasiado sino que fluye con la manera en la que habitas tu casa. ¿Tu habitación no está ordenada siempre? Sigue siendo hygge. ¿Tienes mascotas que duermen en un rinconcito del sofá? También es hygge. ¿Te quedas en casa preparando un chup-chup mientras escuchas música? Es totalmente hygge. De alguna forma, el hygge trasciende la decoración, los objetos, lo material. Más bien es el reflejo de las emociones, de aquello que realmente te hace sentir a gusto, ni más, ni menos. La gran pregunta sigue siendo, ¿de qué manera quieres habitar tu espacio?